Posiblemente hemos escuchado la palabra agorafobia alguna vez, pero ¿sabemos exactamente qué es la agorafobia?
Puede entenderse como el miedo a los espacios abiertos, el miedo a viajar, a salir de casa, etc. pero realmente es un trastorno psicológico mucho más complejo, es «miedo al miedo», la agorafobia es el miedo a qué pueda darte un ataque de ansiedad en lugares donde la persona interpreta que es difícil escapar o pedir ayuda. Normalmente, la persona agorafóbica se expresa en los siguientes términos: «y si me da una crisis de ansiedad estando en …, los… y si…» siendo el gran obstáculo de la persona con agorafobia.
Concretamente es un estado de temor a que se repita el ataque de ansiedad, y por tanto, estar atento a cualquier sensación corporal o síntomas de angustia parecidos a los que notaste en aquel momento. Es decir, desarrollamos este tipo de trastorno después de haber sufrido un ataque o crisis de ansiedad, después de haberlo pasado bastante mal y apoderarse de nosotros/as un intenso miedo a qué esto pueda repetirse. Es común en la mayoría de los pacientes no haber tenido una explicación lógica a lo que nos ocurrió en aquel momento, a su origen, a cómo controlarla, y cómo evitar que el ataque de ansiedad pueda repetirse sin la necesidad de vivir asustados por esta situación.
Síntomas de la agorafobia
¿Qué ocurre al prestar tanta atención a tu cuerpo y sus síntomas? Al centrar la atención en las reacciones de tu cuerpo es más fácil que las captes interpretando rápidamente de modo catastrofista que puede darte otro ataque de ansiedad. Y al pensar que estas en peligro activas la zona de alarma, y comienzan a activarse los mecanismos de la ansiedad al creer que estas ante un peligro real. Siempre pongo el ejemplo del tic-tac de un reloj, puede pasar desapercibido pero si de repente comienzas a prestar atención, será difícil dejar de escucharlo. Igualmente ocurre con las sensaciones del cuerpo, si comienzas a buscar señales de ansiedad, el simple hecho de observarte asustado o asustada lo encontrarás y sin darte cuenta, habrás sido tu mismo/a quien habrá activado la zona de alarma despertando ese nerviosismo y la tan temida ansiedad.
Guiados/as por el «miedo a que me pueda dar…» es frecuente que evites muchos lugares, especialmente grandes superficies, centros comerciales, restaurantes y bares, viajar en tren, avión, barco e incluso en coche. También, puede que te sientas incapaz de quedarte solo/a en tu propia casa. Hay personas que solamente se sienten seguros en su casa y no pueden alejarse de ella si no van acompañados de alguien que les de seguridad. Este tipo de situaciones, limita la vida de quienes la sufren y crean un enorme malestar en quienes le rodean, a veces, sin saber qué hacer o como actuar ante los temores de la persona agorafóbica.
Causas de la agorafobia
La agorafobia tiene dos grandes enemigos:
El miedo anticipatorio
Se trata de estar pensando continuamente ¿Y si sufro una crisis de ansiedad? hace que la ansiedad se active. La persona, a pesar de no sufrir un nuevo ataque o incluso, en ocasiones, de no haberlo sufrido nunca, vive atemorizada por la posibilidad de que el ataque de ansiedad se repita. Es un estado de «miedo al miedo» que puede ser muy incapacitante, la persona está continuamente pendiente de sus sensaciones corporales, alerta ante posibles señales de aviso que anuncien la inminencia de un ataque de pánico. Esto genera una importante tensión en las actividades diarias, sometidas a una hipervigilancia continua para evitar verse sorprendido por las crisis.
Normalmente, quien sufre agorafobia intenta disimular lo que lo ocurre, y no lo sabe nadie, solo las personas más cercanas. Esta situación intensifica aún más su angustia y sufrimiento porque tienen que estar siempre inventando excusas, y sintiéndose mal por esta situación.
Muchas personas ven afectado su estado anímico, se sienten limitados/as y no comprenden porqué les ocurre.
La evitación
Es importante aceptar y comprender racionalmente lo que está pasando, si espera lo suficiente el miedo acabará por desaparecer. Es como si lanzáramos una flecha, en un primer momento la flecha está muy alta pero llega un momento en el qué debe caer al suelo. La ansiedad funciona de la misma forma, aumenta pero si no evitamos la situaciones de estrés e intentamos permanecer en ellas, llegará un momento en el que descenderá.
Como hemos mencionado anteriormente, la persona comienza a evitar algunas situaciones o lugares temidos, pero al cabo del tiempo puede que esté muy limitado en cuanto al número y lugares donde se encuentra cómodo. Evita así estar solo en casa o fuera de ella, evita las concentraciones de gente, lugares con mucho ruido o luces, grandes almacenes o comercios, transportes públicos, puentes o ascensores, y en el caso de tener que enfrentar alguna de estas situaciones, siente un intenso temor y pánico, tranquilizándose en cierta medida si se encuentra en compañía de alguien de su confianza o teniendo accesible, la medicación ansiolítica por ejemplo. Este tipo de dependencias, agravan aún más el problema y aumenta la percepción de no ser capaz de enfrentarse a las situaciones, lo qué generar aún más malestar y desánimo.
Cómo superar la agorafobia
¿Qué puede ayudarme a salir de este problema? En primer lugar, si el trastorno lleva apareciendo desde hace mucho tiempo, es imprescindible pedir ayuda profesional. Necesitarás un profesional de la psicología que evalúe tu trastorno y te indique las pautas a seguir. No obstante, ofreceremos cuales son las claves para mejorar un trastorno de este tipo, pero que necesariamente deben ser guiadas por un profesional.
El objetivo del tratamiento en estos casos, es que aprendas a no realizar evaluaciones de peligro ante las sensaciones que tienes, que comprendas porque aparecen los síntomas de agorafobia, cuales son las causas del miedo, no hacer interpretaciones catastrofistas, exponerte tanto a las sensaciones angustiosas y temidas como a las situaciones que evitas, y aprender las técnicas de manejo de la ansiedad, especialmente las técnicas de relajación y las de control de los pensamientos catastrofistas.
La agorafobia es un problema psicológico complejo pero puede superarse. No obstante, requiere mucho tiempo y constancia, y sobretodo qué no te acostumbres a vivir con tantas limitaciones. A veces, es más fácil seguir igual que el esfuerzo que supone hacer frente a tus miedos. Elige ser libre! Vive sin ansiedad!